Sincronicidad

Sincronia1

La casualidad no es, ni puede ser, más que una causa ignorada de un efecto desconocido. (Voltaire)

El azar, es un término esgrimido asiduamente cuando se producen procesos en los que no existe relación causal entre ellos.

Anoche soñé contigo y hoy…te encuentro casualmente. –

A esta situación que expongo en el ejemplo, se le considera una casualidad. Pero todo cambiaría, si ese encuentro fortuito, originara, con el tiempo, un cambio en nuestras vidas.

Menos mal que coincidí aquel día contigo porque si no…-

Con esta frase se daría por cerrado dicho proceso. Pero como es habitual, en estas circunstancias, no reflexionamos si todo eso que nos ha sucedido ha sido originado por la causalidad y no por la casualidad. Una sola vocal cambia el significado por completo. Una vocal que, asiduamente, es utilizada erróneamente.

Tal vez, ese sueño, sin ser consciente de ello, nos llevara a transitar por aquella calle, ese día y nos encontráramos con aquella persona, cumpliendo con su objetivo. Era importante causar esa «casualidad«.

Expongo el ejemplo de un sueño, pero existen otros muchos que también se producen por la percepción.

– No sé por qué, pero no fui aquella tarde a un determinado lugar-. Y al día siguiente, las noticias informan sobre un incendio que ha tenido lugar en aquel lugar al que no fue.-

Y seguramente lo atribuiremos a la suerte, al azar y no a la…

Sincronicidad

La ciencia heterodoxa estudia casos en los que se producen inesperadamente estos y otros ejemplos, afirmando que no se le pueden atribuir al azar, sino que son originados por la sincronicidad. Para ellos, descartando aquellos casos que son fortuitos, dichos fenómenos se producen porque son determinantes para el individuo que la vive. Estos, actúan como advertencias o presentándose como oportunidades, con una finalidad expresa, concienciar a la persona sobre sus decisiones presentes o futuras. Dependerá de su libre albedrío, aprovecharlas o ignorarlas. Las consecuencias de esa decisión, serán las que tendrá que asumir en su futuro.

Y es por esto, la insistencia de estar atentos a todo lo que nos sucede en nuestras vidas cotidianas. Todos, en algún momento de nuestras vidas, tenemos experiencias coincidentes, pero no tomamos conciencia de por qué y para qué se originan.

Como he expuesto antes, hay que separar aquellas situaciones que obedecen únicamente a la coincidencia sin más, pero si estamos atentos, percibiremos que hay pocas que sean solo eso, pura casualidad. En este camino de conciencia, nos encontraremos con respuestas negativas, ilógicas y nuestra tendencia es rechazarlas automáticamente. Quizás, al principio, aceptarlas sea inverosímil, dolosa, pero el resultado final es el que nos vislumbrara si fue atinada nuestra decisión.

Un poco de historia…

Carl JungCarl Gustav Jung (1875/1961), médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, definió la sincronicidad como «una coincidencia significativa de dos o más sucesos en la que está implicada algo más que la probabilidad aleatoria» Jung concluyó que existe una intrínseca conexión entre el individuo y su entorno, que en determinados momentos ejerce una atracción que acaba creando circunstancias coincidentes, teniendo un valor específico para las personas que la viven, un significado alegórico.

PauliWolfgang Paulí, (1900/1958), físico austríaco y premio Nobel de Física por su descubrimiento del Principio de exclusión, fue coautor con Jung de la teoría de la sincronicidad. Paulí desarrolló el Principio de exclusión de la constante de la estructura fina: 1/137. Esta constante es uno de los grandes misterios de la ciencia actual. Paulí vivió obsesionado con la misma hasta el punto de creer que tenía un especial significado para su existencia. Cuando enfermó, fue ingresado en un hospital y al visualizar el número de su habitación: 137, exclamó «no saldré vivo de aquí«. Efectivamente, murió poco después de su internamiento hospitalario.

Conclusión…

¿Tenía razón Paulí? ¿Existió sincronicidad? o ¿tal vez el mismo provocó la situación? Lamentablemente no hay una respuesta concluyente a estas preguntas. Los estudios sobre dichos fenómenos son llevados a cabo por una minoría de investigadores. No hay un interés institucional, como en tantas otras materias, por llegar al fondo de estos. También existe un temor a revelar la verdad sobre estas y otras anomalías que se producen. Descubrir algo que contrariara lo socialmente establecido provocaría ciertos «daños colaterales» a determinadas instituciones que imponen dogmas y eso es algo que nunca permitirán. ¿Qué utilidad podríamos obtener, si demostramos que muchas de las cosas que nos suceden pueden ser evitables o por el contrario pueden ser potenciadas para nuestro crecimiento como individuo? ¿Para qué serviría demostrar que el poder colectivo, puede transformar nuestras sociedades? Es mejor saber lo que tenemos que pensar a través de los medios oficialmente establecidos y nunca dudar de nada, para ellos, de esta forma, es más fácil la manipulación del individuo.

Pero nunca dudéis de que existan muchas situaciones en nuestras vidas que no son producto de la casualidad. Circunstancias que se causan con un propósito específico y en una etapa determinada de nuestra existencia. Que nos ofrecerá la oportunidad de reflexionar sobre una situación, rectificar nuestra conducta, etc. Pensar libremente por un momento, estar alerta y las descubriréis.

Sincronicidad 5

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.