El Espejo
Vivimos con la imagen proyectada en un espejo social. Esa apariencia que vemos no es la nuestra. Es la que el sistema quiere que tengamos.
Una imagen hueca. Rodeada por multitudes, pero coexistiendo en la más absoluta soledad.
Solos, porque el camino que transitamos no es el que individualmente elegimos. Seguimos la senda de los que antes que nosotros lo iniciaron.
Cuando seamos capaces de ver nuestra verdadera imagen, reflejada en nuestro auténtico espejo personal, entonces, seremos libres, y arrancaremos los hilos que como marionetas nos encadenan a este sistema.
El camino que nos queda es largo. Pero si no sabemos tomar el tren que nos pertenece, el que todos y cada uno de nosotros esperamos en nuestra vida, este se marchará sin nosotros.
Nada es imposible. Y solo el esfuerzo y el deseo por cambiar individualmente, contagiando al resto que nos envuelve, lo harán viable. El cambio social es ¡URGENTE!
Y estableceremos un nuevo concepto de Revolución. La Insurrección individual. Con ella lograremos formar un colectivo, porque cada uno de los insurrectos individuales que se acerquen, lo harán con la convicción de que hay que cambiar el sistema. De un modo sereno, pacífico, con el diálogo, pero con la unanimidad inamovible de que no queremos lo establecido.