Hay ciertos términos que evocan al pasado sin tener en cuenta que su significado nada tiene que ver con la forma de su verbo (presente, pasado o futuro). Uno de estos es el de genocidio. Fue muy utilizado y conocido después de la II Guerra Mundial. Antes de 1944 no existía dicho término y un abogado polaco judío Rafael Lemkin creó la palabra combinando «geno«, un término griego que significa raza, con el vocablo latino «cidio» que significa matar.
Es un método organizado de matanza selectiva de una raza con el objetivo de exterminarlos colectivamente. Un prototipo de crimen de estado porque solo este posee los recursos necesarios para ejecutarlo.
En el transcurso de la Historia los genocidios producidos en distinto rincones del mundo han causado la muerte de más de 60 millones de personas. Y tratar este tema resulta difícil ya que en seguida acudimos a las estadísticas y a la política trivializando la verdadera naturaleza del mismo.
Sin embargo, todos asociamos genocidio con el holocausto judío producido en la Segunda Guerra Mundial por la Alemania Nazi. Y esto es así porque la comunidad internacional lo reconoció como tal y desde entonces nos lo recuerdan constantemente haciéndonos creer que, lamentablemente, es exclusivo de una raza.
Pero ya lo he comentado en otros artículos, y es que la historia que nos han transmitido resalta hábilmente lo que políticamente les interesa y parece minimizar y casi condenar al olvido otros casos de genocidios tan terribles como el holocausto judío, pero sufridos por otros pueblos como el que a continuación expondré y que está considerado como el primero de la historia.
Durante la Primera Guerra Mundial (la Gran Guerra) entre los años 1915 y 1918 el Estado de Turquía ejecutó un plan consistente en deportaciones, embargos, secuestros, persecución, exterminio e inanición sobre el pueblo Armenio. Un año después de acabar la Primera Guerra Mundial, las atrocidades contra los armenios supervivientes continuaron.
La población armenia del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial era aproximadamente de dos millones. Según fuentes oficiales entre 1915 y 1923 un millón y medio de armenios fueron exterminados y toda la riqueza fue expropiada. La destrucción de las comunidades Armenias en las tierras de Asia Menor y Armenia del oeste fue total. Ejecutándose uno de los actos más graves contra la humanidad, la llamada limpieza étnica.
Un terrible hecho perpetrado por el Comité de Unión y Progreso, el partido político que detentaba el poder en el Imperio Otomano y que era conocido popularmente como los «Jóvenes Turcos»
Para ejecutar la masacre de los armenios deportados, crearon una organización llamada Organización Especial, conformada por convictos y tropas irregulares y liderada por un médico: Behaeddin Shakir.
Como siempre sucede se intentó ocultar este hecho por parte del Imperio Otomano. Imponiendo una ley del silencio sobre su población, restringiendo cualquier tipo de información o fotografías del suceso.
Aun así las noticias recorrieron el mundo. Ciudadanos alemanes, Diplomáticos y misioneros de los EE UU y otros muchos extranjeros residentes en Turquía fueron testigos del Genocidio Armenio y difundieron las atrocidades cometidas contra el pueblo Armenio al mundo exterior.
Debido a ello cómplices de los Jóvenes Turcos, miembros del partido y administradores provinciales fueron acusados por sus crímenes al final de la Primera Guerra Mundial. Pero los principales criminales huyeron de Turquía evadiendo la justicia, aunque fueron juzgados en ausencia y encontrados culpables de crímenes capitales.
La noche del 23 de Abril y durante toda la madrugada del día 24 de 1915, cientos de ciudadanos de origen armenio, fueron arrestados e inmediatamente deportados para ser posteriormente asesinados por la Turquía Otomana. Por este hecho la comunidad de armenios cada 24 de abril conmemora al millón y medio de armenios asesinados. Simbolizando esta fecha los crímenes de lesa humanidad cometidos contra el pueblo armenio.
¿Por qué 102 años después sigue sin reconocerse el genocidio armenio por la comunidad internacional? A pesar de que en la actualidad existen más de 20 países que reconocen oficialmente estos sucesos como «genocidio», entre los que figuran Argentina, Bélgica, Canadá, Francia, Italia, Rusia y Uruguay.
Lamentablemente la República de Turquía como política de estado niega sistemáticamente el mismo, pero está dentro de lo previsible aunque sea un acto incomprensible. Lo que llama poderosamente la atención es la postura de impunidad adoptada por la comunidad internacional.
Una actitud acondicionada al interés político. La OTAN necesita de Turquía porque es un emplazamiento militar estratégico en primera línea de frente en Oriente Medio y se convierte en un aliado fundamental para la OTAN, la Unión Europea y los Estados Unidos…
REFLEXIÓN…
Tantas veces acudimos pero de forma mística a las señales, y en este espantoso suceso de nuestra historia teníamos una, y bien clara. Estaba enviándonos un claro aviso sobre lo que en tiempos venideros vendrían si la indiferencia era la respuesta a estos actos.
Y es algo que en nuestro presente se está produciendo de nuevo ante tantas situaciones injustas contra colectivos que la política ha estigmatizado. Produciendo un tipo de genocidio que se mimetiza en nuestras sociedades modernas instalándose sutilmente. Que persigue el mismo objetivo y que todos contribuimos, a veces conscientes y otros manipulados, cuando culpabilizamos a un colectivo social y no a sus verdaderos culpables. Condenando a esa raza al ostracismo y al linchamiento popular. Un acto igual de detestable pero con el disfraz de lo políticamente correcto y de baja intensidad.
Y ya sabéis lo que se dice: Los pueblos que olvidan su historia… están condenados a repetirla.
Autor: Pedro Segura – llenodestrellas.com –
Fuentes consultadas:
http://genocidioarmenio.org/inicio/
http://armeniangenocide100.org/es/the-armenian-genocide/
Una gran verdad, Pedro. Enhorabuena por el post.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Isabel. Un abracito.
Me gustaLe gusta a 1 persona